Pobreza, hambre, desesperación, soledad, desesperanza, abusos y prostitución son algunos de los males que acechan a la Argentina. Sin embargo, una de las peores y más dolorosas situaciones que un niño puede vivir es la del maltrato infantil. Este flagelo, que suele pasar desapercibido, continúa en asenso dentro de la sociedad civil y es el primer motivo por el cual los chicos se alejan de su hogar.
En la provincia de Buenos Aires las denuncias recibidas en las comisarías de la mujer y la familia sobre el maltrato a menores de 21 años aumentaron un 56 por ciento del año pasado, respecto del 2009. Las cifras reales son mucho mayores, si se tiene en cuenta que solo se denuncian dos de cada diez casos.
El partido de Moreno cuenta con 500.000 habitantes, de los cuales un 13% son niños que viven en las calles y en todos los casos aparece la violencia, cualquiera sea su forma.
Alejandra Benitez, Psicopedagoga, señala la complejidad de delimitar el maltrato infantil dado que “hay una falta de consenso social respecto a lo que constituyen formas de crianza peligrosas e inaceptables. Resulta difícil establecer la raya de separación entre lo que es un maltrato y lo que no lo es. Pero su común definición es toda conducta que por acción u omisión, produzca daño físico y/o psíquico en un menor de edad, afectando el desarrollo de su personalidad”.
Estudios realizados por el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina, junto con la Fundación Arcor en 2008, investigaron los distintos tipos de castigo físico y humillante que más ocurren en la Argentina. Los resultados sostienen que en los hogares con niños de entre 0 y 5 años, los castigos más utilizados son principalmente las penitencias (65,1%), los retos en voz alta (65%), los golpes, cachetazos y chirlos (31,8%) y en menor medida las agresiones verbales (9,1%).
Especialistas en psicología infantil reconocen un ciclo que se repite en esta conducta:
La Red Comunitaria de Prevención y Asistencia en Maltrato Infantil del partido bonaerense de Malvinas Argentinas articula el trabajo de 3.000 profesionales que asisten a la niñez y es una de las instituciones donde llega gran parte de los casos del partido de Moreno. Sus cifras revelaron datos que indican que desde Mayo de 2008 a la fecha hubo 6.960 pacientes pediátricos con síntomas de violencia. Que pueden traducirse en miles de niñas y niños con diferentes traumatismos o violaciones sistemáticas que les provocan secuelas de por vida.
Pacientes con variados sufrimientos llegan todos los días a los hospitales, hogares, fiscalías, organismos no gubernamentales y defensorías de menores del país.
En la Justicia explican que la promulgación en 1995 de la Ley 24.417 de Violencia Familiar y la Ley 26.061 sobre Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de 2005 favoreció el aumento de la aparición de casos a través de las denuncias judiciales. Lo más alarmante de la realidad es que cada año llegan más y continuará aumentando si no existe una completa organización de los habitantes y se renuevan los métodos estatales para prevenir estas conductas.
*Alumna del Taller de Producción Gráfica II, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Extensión Moreno.
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