Escribe: Leandro Rodríguez * // El tandilense se consagró en el último Grand Slam del año y sigue soñando. Luego de derrotar a Roger Federer se viene el Masters y el objetivo mayor: destronar al suizo del primer puesto. Tiene con qué. //
Todos los condimentos estaban dados para que el sueño se le cumpliera. Enfrente se encontraba el Nº 1 del mundo, Roger Federer; el torneo que se jugaba era el US Open y llegaba a la final luego de disputar el mejor partido de su vida ante Rafael Nadal, tal como lo declarara él mismo. Juan Martín Del Potro sólo tuvo que despertarse del sueño y hacerlo realidad. Así se llevó el último Grand Slam del año y entró en la historia grande del tenis.
No la tuvo fácil y era imaginable teniéndolo a Federer del otro lado de la red. Es más, el partido lo tuvo bastante complicado al comienzo y se notó en el primer set cuando intentaba darle a la pelota con fuerza y esa fuerza volvía multiplicada desde el otro lado, a modo de respuesta.
También son ingredientes que quedarán para el recuerdo y que harán más heroica la consagración. Su primer gran título y el cuarto argentino en ganar un torneo de esta magnitud. Las páginas apenas se empiezan a escribir sobre este jugador, todavía queda mucho por recorrer y su historia seguirá aumentando.
El segundo set era una prueba más que importante para ver si Del Potro realmente estaba a la altura de la circunstancia. Llegó al tie break y se lo llevó con lo justo. Los nervios jugaban y el fastidio ante cada punto perdido aumentaba. Así el suizo se puso un set arriba y con la gran posibilidad de quedarse con el partido pero también él es humano y lo demostró con la bronca sumada al miedo a que se le escapara el juego cuando insultó al árbitro, quejándose de la tardanza en pedir la revisión de los fallos por parte del tandilense.
Ya con el partido totalmente distinto a lo que fue el comienzo, Del potro tenía su gran oportunidad. Otro tie break para quedarse con el cuarto set y directo al último para definir quién era el ganador.
A esa altura, su tenis era el mejor de todos y no había dudas. Unos instantes después, se encontraba besando la copa mientras el Nº 1 lo miraba atentamente. Fue 6-2 para Del Potro y la gloria que se le fue encima, tanto que lo derrumbó al suelo con lágrimas en los ojos. Había cumplido su sueño y estaba bien despierto.
Pasaron cinco años desde que Gastón Gaudio levantara el trofeo de Roland Garros en París, el último argentino en llegar a la misma instancia. El llanto fue similar, la emoción y la alegría también. La misión de destronar el reinado de Federer en Nueva York, no era nada fácil ya que había ganado los últimos cinco títulos del US Open y de las 21 finales que disputó de Grand Slam ganó 15. “Su nivel no me sorprende”, dijo al finalizar el torneo, el número uno sobre Delpo, dándole los méritos justos al ganador.
A partir de hoy volverá a ocupar el quinto puesto en el ranking y con ambición de más. Se aseguró un lugar en el Masters de fin de año, un monto de billetes verdes más que importantes, un auto de marca, pero especialmente, demostró que está para grandes cosas y que luchará por eso.
Con 20 años le mostró al mundo que puede enfrentarse con Nadal, con Federer o con cualquier otro y ganarle. El próximo objetivo será obtener el Masters, torneo que reúne a los mejores tenistas de la temporada. ¿Llegar al primer puesto del ranking? Con mezcla de exitismo y realidad, el otro interrogante sería, ¿Por qué no?
* Alumno del Taller de Producción Gráfica II, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Extensión Moreno. // Envío 47