Escribe: Silvana Otreras Godoy* // Tras el periodo de emergencia sanitaria que atravesó el país en agosto del corriente año, los hospitales se vieron abarrotados de gente por la desesperación y el caos que generó la situación. Elsa Galván es enfermera del Hospital Municipal Eva Perón del partido de Merlo cuenta cómo se vivieron esos días en el nosocomio. //
- ¿Cómo vivieron el período de emergencia sanitaria?
- Se vivió en continua alerta. Los primeros días la gente estaba desesperada y muy asustada. Debido a que en los pasillos había filas interminables, se estacionó el hospital móvil frente a la guardia de pediatría para una mejor y mayor atención. Asimismo, la gente reaccionaba mal y hubo reiterado maltrato al personal. Se generó un estado tal de desesperación que los pacientes pretendían ser atendidos hasta por los administrativos, las mucamas y eso se debió a la falta de información un poco más concreta.
- ¿Cuántos casos se detectaron? ¿Hubo suficiente abastecimiento de insumos?
- A pesar de que se dijo que no hubo casos, se detectaron alrededor de diez entre pacientes y personal. El hospital estuvo abastecido de todo material necesario para este tipo situaciones como guantes, barbijos, alcohol en gel, solución jabonosa para lavarse las manos (digluconato de carhexiclina) lavandina y lo más importante, la medicación (Tamiflú).
- ¿Es la primera vez que, como profesional, atraviesas una situación similar?
- Con 23 años de servicio es la primera vez que paso por esto. Núnca pensé que la gente se asustaría tanto, a tal punto de que algunos se instalaron en el hospital y que, a la vez, fueran tan demandantes. Esto también fue por falta de información porque la gente no sabe que cuanto más tiempo está en un hospital, más corre el riesgo de contagiarte.
- ¿Continúan tomando medidas de prevención a pesar que no se habla del tema?
- Sí, por supuesto. No sólo se sigue tomando medidas sino que también siguen apareciendo casos. Por ejemplo, hace ocho días hubo dos nuevos en un colegio de la zona. Esto sucede porque a pesar del calor, todavía estamos en invierno y es un virus de estación. No hay que olvidarlo. La diferencia, con respecto a la situación de emergencia sanitaria, radica en que ahora se encuentran más tranquilos porque aprendieron a manejarse de otra forma.
Galván en compendio
(Buenos Aires- 1958)
Elsa Galván nació en 1958 en Apóstoles, provincia de Misiones. A los 22 años entró a trabajar como enfermera al Hospital Rural de Alem y allí orientó su vocación hacia el área de la salud. Tres años más tarde decidió viajar a Buenos Aires porque consiguió una beca para realizar un curso de Auxiliar de Enfermería, en el Hospital Rivadavia. Durante ese periodo vivió en Zona Sur. Más precisamente en Gerli, partido de Avellaneda.
En septiembre de 1985 le ofrecieron trabajar en dicho hospital a la noche, en el sector de cirugía de hombre y luego de mujer. En el mismo lugar, estuvo también en el sector de ginecología, otorrinolaringología y clínica médica, hasta que renunció para regresar a su provincia.
Por cuestiones de su vida personal, se quedó en Buenos Aires y se mudó al partido de Merlo. Poco tiempo pasó cuando entró a trabajar al Hospital Municipal Eva Perón pero a los tres meses, un 24 de diciembre de 1991, la despidieron.
En 1992 ingresó a la clínica San Jorge pero también estuvo pocos meses porque fue reincorporada al Hospital del municipio, en el cual trabaja hasta el momento. Comenzó en guardia noche por media, durante 10 años; siguió en quirófano, durante 3 años; luego en clínica médica, por 2 años; fue caba de pediatría un año y; desde hace 4 años se encuentra en consultorios externos.
La charla
Cómo, cuándo, dónde
La cita fue planeada para el viernes 28 de agosto, a las diez de la mañana pero terminó siendo a las doce del mediodía. El lugar, los consultorios externos del Hospital Eva Perón. Era un día caluroso y el sector estaba repleto de gente. Elsa se encontraba colmada de trabajo y con un poco de mal humor ya que los pacientes estaban muy inquietos y exigentes. Parecía que no podían esperan su turno.
Tras dos horas de expectativa, la reunión se concretó en el office del lugar pero debió ser muy breve debido a que su trabajo no le permitía explayarse demasiado. Finalmente, a pesar de que el tiempo fue muy escaso, se notaba comodidad al hablar ya que ese, era su lugar.
* Alumna del Taller de Producción Gráfica II, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Extensión Moreno. // Envío 46