Capital y Gran Buenos Aires // La enfermedad ha causado en la sociedad una preocupación exagerada provocando un desabastecimiento total de desinfectantes y limpieza de uso personal. El psicólogo Gonzáles y farmacéuticos de Ituzaingó opinan sobre el por qué de la compra excesiva de los consumidores. //
Escribe: Cinthia Cano*
Tras la paranoia que se produjo en
La palabra “pandemia” definida por
Es importante recalcar que
Asimismo aclaró que si una persona no está enferma, no hace falta que use barbijo. Es recomendable que lo utilice el enfermo o la persona con síntomas para proteger a los demás. Una medida de mayor eficacia para prevenir el contagio es evitar tocarse la boca, la nariz y los ojos hasta tanto no se higienice las manos.
El fuerte impacto psicológico que producen estas expresiones genera una sensación persecutoria que enfrenta a cualquier individuo a pensar en la posibilidad de la muerte o a sentirse vulnerable, es por eso que actúa en consecuencia y termina comprando demás.
Roberto Gonzáles, psicólogo, explicó que ésta enfermedad persecutoria afecta el lazo social atacando los vínculos. El individuo tiende a aislarse y deja los espacios recreativos ya que el lugar más seguro es su propia casa. “La ansiedad paranoide hace aparecer lo peor de nosotros”, agregó.
A su vez, especificó que dichas reacciones pueden notarse con facilidad como cuando se evita el saludo, se le teme al estornudo, las personas se alejan y se segrega al supuesto enfermo llegándose a sospechas infundadas.
Además, las compras compulsivas también denotan rasgos paranoicos. “Se cree que se puede tener el control sobre algo que no puede controlarse y justamente por esto se cae en la angustia”, remarcó.
Es por este motivo que tanto las droguerías como los farmacéuticos afirman que no dan a basto con la fabricación y venta de los productos ya que la población habita tan atemorizada que compra lo que cree necesario para su salud.
Andrea Ramos empleada de una farmacia ubicada en la zona norte de Ituzaingó explicó que: “la insufiencia de barbijos y alcohol en todos sus tipos se debe a que la gente compra por recaudos propios. En lugar de uno llevan dos o tres”.
“Nosotros estábamos recibiendo todas las semanas gran cantidad de estos elementos pero cuando empezó toda la movida por la gripe, las ventas aumentaron en todo el país y en consecuencia las droguerías que abastecen nuestro local no dan a basto por lo cual la última entrega fue la mitad de lo que estábamos acostumbrados a recibir”, completó.
Carlos Martínez, farmacéutico de Ituzaingó sur explicó:” hace años trabajo en la profesión y lo que veo es pánico colectivo. Debido al surgimiento de la gripe A se produjo una gran insuficiencia. El alcohol y los barbijos fueron los que desaparecieron del mercado sobre todo”.
Además agregó, que generalmente el primero que compra estos productos no lleva lo que necesita sino que lleva demás. “En lugar de cargarse media docena se carga una caja de cien de cada uno y en efecto, el que viene detrás no tiene la cantidad que realmente necesita y comienza a desesperar”.
“Por mi parte siempre aconsejo a mis clientes que compren dichos elementos sólo para tener durante tres o cuatro días o a lo sumo una semana pero no para tres meses ya que tal vez, en ese tiempo, no los llegue a utilizar, así todos pueden consumirlos por igual”, expresó.
Otras alternativas de consumo económico
Debido a la carencia de elementos de prevención algunos talleres de costura y químicas de la zona de Ituzaingó preparan alcohol en gel, líquido y barbijos de tela para vender a un costo accesible en los mercados más cercanos.
El negocio “Todo Suelto” ubicado en las Cabañas, Ituzaingó realiza su propia producción de alcohol en gel comprando los ingredientes en una química proveedora y por otro lado, los envases, vendiendo un frasco de 250cm3 a sólo $ 2,50, siendo que en las farmacias el precio de un envase de 65 ml cuesta entre $2,50 y $5 pesos, dependiendo de la marca.
Pero así también, la elaboración de barbijos es colapsada por las tiendas de limpieza e higiene de la zona, ya que aprovechan la falta de estos componentes aprovechando la venta a $5 la unidad o 3 por $10 pesos.
En fin, la preocupación y el temor al contagio, así como lo afirmó Gonzáles, sucede por la extensa difusión que realizan los medios provocando que toda la sociedad desespere y piense en su propio cuidado sin mirar alrededor.
* La autora de la nota es alumna del Taller de Producción Gráfica II, de