Escribe: Erik Campos* // Nota de análisis. Bibliotecas Populares y las Tecnologías //
La lucha por la gobernabilidad que existe en la comunicación con la aparición de Internet ante la perspectiva de las Bibliotecas Populares parece no tener solución. Es que, el desafío del uso de éstas frente al fenómeno de las nuevas tecnologías hoy día, desata una discusión sin fin. El abogado y licenciado en Ciencias Políticas, Luciano Leiva, ponía en su tesis “las posibilidades que se abren a través de las nuevas tecnologías para establecer nuevos y mejores mecanismos de participación en las diferentes instituciones por medio de la información, tanto para influir en la vida política y la democracia en general”. Sin embargo, ¿se ha planteado realmente si esas las nuevas tecnologías servirán para difundir más la información como insumo para la reflexión democrática o simplemente generarán un mayor aislamiento del individuo? Quizás la discusión más polémica sería si sólo concebirán esas tecnologías mayores diferencias entre la brecha de los que más y menos tienen. Pues, ¿será posible pensar ambos prototipos como herramientas de conocimiento y aprendizaje social al mismo tiempo?
La impresión que se vislumbra a simple vista es que, aún con un creciente porcentaje de votos a favor de las computadoras como vehículos de conocimiento al instante y cada vez más asombroso, es evidente que las posibilidades de acceso para todas las clases sociales no son iguales. Y para dar cuenta de eso, se pueden identificar claramente una cifra considerable de personas marginadas en los sectores más inestables del conurbano bonaerense, donde no hay acceso a un “cyber” porque no es un negocio rentable en temas inseguridad en zonas estigmatizadas como las villas miseria, (el hecho de la aparición de los celulares tanto en estas áreas como en las de mayor poder adquisitivo no garantiza el acceso a la educación e información); otro ejemplo son las personas que se encuentran en situación de calle que vemos a diario, en las estaciones de tren, en los túneles del subte, etc.
Según Leiva, en la distribución entre ricos y pobres, cuando uno piensa quién aprovecha más la computadora, vemos que es quien no tiene acceso a las bibliotecas. Los que tuvieron una mejor situación económica siempre las tuvieron; en cambio, el pobre que accede a una PC, se conecta con el mundo y esa riqueza que le transfiere Internet es, en relación a sus posibilidades, mucho mayor que la del que tiene otro acceso a la lectura, siempre que se encuentre capacitado para el uso de la misma (si sólo la usa para jugar, bajar música, o como otro entretenimiento más, desconociendo el extenso uso que se le puede dar a éste en relación a la lectura, esta tecnología, por rápida que sea, se hace nula ante el conocimiento que le brinda un libro).
Asimismo, también es innegable que las bibliotecas pueden ser un extraordinario vínculo para la difusión de trabajos aunque muchas veces, queden en la mesa de luz o del escritorio de tantos argentinos y vecinos de las Bibliotecas Populares. Además, “si uno puede escribir sin costo y a través de una biblioteca, puede llegar a la ciudad, a la provincia o al mundo, estamos ante la posibilidad de un cambio muy importante. Por lo tanto, esto se convertiría en la chance de la difusión de escritores”.
En definitiva la biblioteca tiene, acompañada de las nuevas tecnologías, muchas chances de ser un organismo o un ámbito socializador y promotor activo de la lectura y también de la escritura, que como vemos no deja de ser poca cosa si analizamos de fondo que a pesar de no tener una computadora a mano, siempre es posible acercarse a una institución tan básica, accesible y gratuita como una Biblioteca Popular que llega a cubrir las necesidades mínimas de una persona interesada por ella: la lectura y las ganas de instruirse cada vez un poco más y ser crítico de la realidad que lo rodea en donde esté y en cualquier lugar que sea.
*Alumno del Taller de Producción Gráfica II, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Extensión Moreno.
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