Escribe: Valeria Pérez Benítez* // //
El Hogar de Niños Jesús de Nazareth es una institución que da protección social, moral y afectiva, a niños de entre 2 y 14 años, como también necesidades básicas de alimentación, vestimenta y educación. Su historia comienza por un llamado de Dios…
Isabel Ayala y Sergio Vitale, directores de la institución, se conocieron en la puerta de una iglesia. Los dos venían de haber fracasado en sus matrimonios y andaban perdidos en la desesperanza, hasta que se unieron para compartirlo todo, reencausaron sus vidas y la enfrentaron en pareja.
Ella es una Licenciada en Análisis Clínicos que a sus 33 años, le diagnosticaron cáncer. Luego de resistir cinco operaciones que invadían su organismo, sin resultados óptimos, decidió encomendarse a Cristo. Si él la sanaba milagrosamente, ella le entregaría su vida para una causa justa y solidaria. Y así fue como en una noche orando, se produjo el milagro. Biopsia de por medio, el cáncer estaba disecado.
Contra cualquier pronóstico, la señora Ayala estaba sana. Su marido, agnóstico a esta clase de hechos empezó a creer en lo imposible y entendió que Dios tiene el poder para bendecir. Su forma de ver la vida cambió, dejando de lado todas las ambiciones personales, profesionales, su casa o el laboratorio.
Un tiempo después, Isabel comenzó a tener sueños con niños de la calle y comprendió que de eso se trataba su misión en la nueva vida: dejar todo para criar los chicos que Dios les mandara.
Meses más tarde, providencia tras providencia, el propósito de formar un Hogar estaba en marcha. El proyecto se inició en la ciudad de San Fernando, donde vivían.
Posteriormente, con personalidad jurídica propia, los niños llegaban derivados de los distintos juzgados de menores de la provincia de Buenos Aires, y se instalaron en un predio donado en el barrio de La Reja, Partido de Moreno.
Actualmente, no cuentan con becas, pero sí con un subsidio escaso al mes proporcionado por el Municipio para los 40 niños que conviven con ellos. Además, el sustento lo solventan con el aporte de particulares y empresas que realizan esporádicamente donativos.
La institución tiene sus puertas abiertas y disponibles a cualquier persona de buena voluntad que se acerque al mismo, cualquier día de la semana, y dentro de un horario de actividad familiar para recibir inquietudes y donaciones. La donación es de libre elección entre alimentos y vestimenta personal e indumentaria escolar para los niños, entre las edades comprendidas.
También, brindan la posibilidad ser voluntario, entendiendo por esto que se aproxima por voluntad e interés en un área de intervención en la comunidad, para trabajar con responsabilidad, compromiso y sin remuneración monetaria; con el objetivo de buscar el cambio positivo en la sociedad y ayudar a crear un lazo social diferente sobre los pilares de la ética y la transparencia.
Las tareas y responsabilidades de esta Asociación Civil sin fines de lucro, se reparten como en cualquier familia numerosa, se comparten cumpleaños, tardes de juegos, visitas al circo, al cine o el teatro, entre varias horas de estudio.
Los Vitale, en ningún momento, dejan de imaginar proyectos. Siempre está presente el deseo de mejorar la infraestructura del hogar, y mejorar las condiciones de vida de sus niños. Creyendo que se logra con la colaboración de los que la conforman y los de afuera, para lograr la reincorporación familiar y social de ellos.
*Alumna del Taller de Producción Gráfica II, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Extensión Moreno.
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