En los últimos años, cada día se presenta un caso sobre niños o niñas que han sido víctimas de abuso sexual, ya sea a través de actos lascivos que constan de caricias, masturbación o penetración, donde quedan evidencias y es la más aberrante de las actuaciones delictivas de los enfermos o psicóticos sexuales. Sin embargo, el mayor porcentaje de niños abusados suelen ser las víctimas inocentes de un familiar cercano.
Ahora bien, qué se entiende por abuso sexual, según la definición elaborada por el National Center of Child Abuse and Neglect (NCCAN), se concibe como todo acto en el que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder, el cual constituye una experiencia traumática donde la victima enfrenta un atentado contra su integridad física y psicológica.
La edad media del menor está entre los 6-8 años y los 12
Este tipo de conducta se da en todas las clases sociales, ambientes culturales o razas. También, en todo tipo de ámbitos, aunque la mayor parte ocurre en el interior de los hogares y se presentan habitualmente por parte del padre, los hermanos o el abuelo, donde las más victimas más afectadas suelen ser niñas.
Según las declaraciones de la dueña y directora del Hogar Jesús de Nazareth, Isabel Ayala, el 90% de los chicos institucionalizados en hogares sufren abusos sexuales, los cuales no solo sufren este tipo de acto inadmisible, sino que también llegan en situaciones deplorables en cuanto a higiene y alimentación.
En su mayoría, los abusadores son varones, entre un 80 y un 95% de los casos heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, como estrategias más frecuentes para someter al niño.
Es importante destacar que solo el 2% de los abusos y violaciones a menores son denunciados en las comisarías locales.
*Alumna del Taller de Producción Gráfica II, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Extensión Moreno.Envío 112
